Señorísima W.
la adolescencia es un periodo muy extraño. Habiéndola pasado, (no hace mucho, por cierto) me cuesta creer que soy el mismo que no se encontraba ni se reconocía en el espejo. A la hija de mia amigo Noé, que vive en Brasil, le pasa un poco lo mismo. Lo ve todo como subida en un pedestal. La tía bestia ya mide 210 centímetros y sólo tiene 14 años. Aquí le dejo una foto de mi visita a su aldea. Ella está muy contenta porque suele encargarse de bajar de los árboles a los gatos o dar sombra a las abuelas del lugar. Le gusta su pueblo y su altura y a mi me gustan sus empanadillas de carne. Cada uno con su obsesión.
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